Es un concepto que fue descripto por la sociología y que se refiere a un problema específico que sufren muchas personas
El acoso laboral también es conocido por los especialistas como mobbing. Se utiliza particularmente para referirse a la presión desmedida y a la violencia simbólica que se ejerce en el entorno laboral de una persona o grupo de personas hacia otra. La víctima puede tener serios problemas de salud a causa del malestar físico y emocional que el acoso le ocasiona.
Desde hace algunos años, este fenómeno se considera como un problema serio que afecta severamente a aquellas personas que lo sufren en su ámbito laboral. Sin embargo, muchas veces se subestiman las consecuencias que puede tener sobre la salud física y emocional de las personas.
El hostigamiento, las burlas o las agresiones que sufre la víctima en su trabajo hacen que no sólo se sienta mal y no quiera acudir a otros o tenga miedo a hacerlo, sino que además desencadenan una serie de derivaciones que afectan seriamente a su salud.
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Los problemas laborales nos afectan cada vez más porque hoy en día es más común “llevar el trabajo a casa”. El estrés por alguna situación laboral específica o por malas relaciones con los compañeros del trabajo suele ser común, pero cuando pasan de ser simples problemas y se convierten en un acoso las consecuencias son muchos mayores y acaba por resultar imposible la desconexión de ellos. De ese modo es como hacen mella en su cuerpo y en su salud.
Por otro lado, el mobbing tiene un fuerte contenido psicológico. En la mayoría de los casos, supone desprecios, acoso o malas contestaciones, aunque no suele llegar al aspecto físico -aunque puede darse- y esto dificulta que se tome en serio e, incluso, que se pueda probar. En consecuencia, la víctima no solo se ve afectada por la situación que vive en el trabajo, sino también por la posibilidad -o realidad- de no ser comprendida por sus compañeros u personas ajenas a su ámbito laboral. De este modo el acoso se vuelve algo muy personal; un hecho que la víctima guarda para sí misma y no comparte con otros.
La sensación de soledad es la que hace que la víctima se recluya en sí misma y se aísle del mundo que lo rodea, incluso de todo aquellos que no está relacionado a su trabajo, que es donde sufre el acoso. A su vez, los cambios de humor y los síntomas depresivos suelen facilitar que su entorno se separe de ella, lo cual también impactará negativamente en la salud de la víctima.
Los síntomas que puede sentir una persona que sufre acoso laboral son diversos, dado que no es un problema de la fisiología del organismo. Los dolores abdominales, vómitos o trastornos alimenticios suelen ser los primeros en aparecer y también los más fáciles de disimular. Por otro lado, los problemas dermatológicos, como la caída del pelo, también son muy comunes en respuesta al estrés que genera la situación.
Por último, el mobbing suele estar relacionado con problemas para respirar o, en el peor de los casos, dolores cardíacos o cardiovasculares, como pueden ser molestias en el pecho, arritmias o casos de hipertensión.
Desde el punto de vista médico y psicológico, es recomendable acercarse a un especialista para poder denunciar la situación y poder comenzar a recibir ayuda profesional.
¿Cómo reconocer un caso de mobbing desde afuera?
El insomnio, el llanto descontrolado, las crisis de ansiedad, o la irritabilidad, entre otros, son algunos de los síntomas que puede presentar una persona que sufre acoso laboral. Es importante destacar que son muy similares a los que cualquier trabajador puede presentar por estrés asociado a su labor, por lo que en la mayoría de los casos resulta difícil distinguir una persona de estresada de una que sufre mobbing.
Fuente: sinmordaza.com