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La psicología criminológica pretende comprender el crimen, sus causas y a sus autores, y dar herramientas para su prevención. Su actuación se realiza en el mundo forense (prisiones, policía, tribunales) y en la propia comunidad, cuando trata de prevenir la delincuencia o elaborar intervenciones en instituciones de la sociedad.
Su vinculación con la psicología clínica, comunitaria y social es estrecha, pero ello no es obstáculo para que obtenga su singularidad de la gravedad y extensión del problema al que se enfrenta, y de los métodos que ha ido perfilando en esa tarea.
La Criminología o conocida también como Psicología Criminológica trata de averiguar o de conocer qué es lo que induce a un sujeto a delinquir, qué significado tiene esa conducta para él, por qué la idea de castigo no lo atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales.
La teoría psicológica consiste en aclarar su significado en una perspectiva histórica-genética. Un análisis completo del hombre delincuente requiere de por sí un trabajo interdisciplinario, un trabajo que permita la exposición del hábitat de los individuos; de su familia, de su cultura con sus diferentes aspectos de sus procesos de culturación, educación, enseñanza y organización social, de sus estructuras políticas, de su religión y de su arte.
Se realiza, un estudio del delincuente a nivel psicológico y con una metodología específica, pero el objeto de estudio debe ser tomado como un fenómeno unitario y complejo que se agota.
La delincuencia es la expresión más peligrosa de la anormalidad para la sociedad, las opiniones respecto a la causa del crimen varía desde el concepto del criminal nato de Lombroso, hasta las que radican todas las causas en el ambiente, como la afirmación de Rousseau: «El hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe»; este es uno de los interrogantes que pretenden aclarar la Psicología Criminológica; por otra parte, analiza el delito en relación con la herencia, con los trastornos mentales, con la educación, con la capacidad mental.
Con frecuencia se afirma la existencia de una relación entre delito y la locura y es aún asunto de discusión; pero la historia delictiva nos muestra que sí existe tal relación, además los disturbios psicológicos son causa y razón de múltiples actitudes antisociales.
Hemos visto como una personalidad mal formada es particularmente susceptible de cometer crímenes, principalmente por su falta de resistencia a la frustración, su menor capacidad de manejar agresividad, su escasa aptitud de adaptación, pues varias investigaciones de la mentalidad de los criminales, maleantes, delincuentes y otros tipos antisociales, han demostrado, que casi todas las personas de esa clase son de mentalidad baja.
Asimismo afirmamos que las carencias intelectuales, durante el desarrollo, pueden ser causa de conductas antisociales, principalmente por la falta de entendimiento de los principios eróticos, morales y jurídicos. Creemos que la delincuencia es una de las manifestaciones de la desadaptación más comunes.
El término desadaptación puede considerarse desde diversos puntos de vista:
a) Como incapacidad de un individuo para adaptar su conducta a las condiciones del medio;
b) Como inferioridad de estructura (física o mental) de un individuo que origina su incapacidad para enfrentarse con éxito a las exigencias del medio;
c) Como adopción de formas de conducta que se apartan de la convivencia social armoniosa y constructiva y
d) La existencia de «barios bajos» criminógenos en los cuales el crimen es el patrón de reacción más común.
Por otra parte, las más comunes de las manifestaciones de la inadaptación de los jóvenes y que no son de especial interés, son las siguientes:
La evasión (ya sea del hogar, de la escuela o de la sociedad), la inadaptación social, el suicidio, la mentira, el pillaje, la perversión sexual (en sus formas: homosexualidad, la prostitución o el libertinaje), la inestabilidad emocional e inestabilidad motriz, las toxicomanías, el fracaso ocupacional y las crisis religiosas.
Otros motivos del crimen es el «Machismo» que, como actividad psicológica consiste en demostrar que se posee aquellas características que la cultura juzga como masculinas, con la consiguiente negación de las consideradas como femeninas.
El «machismo», como la misma expresión lo dice, tiene más de sexual, de instintivo, de animal que de ser humano y racional, y como tal, es la exaltación de todas aquellas características primitivas como la fuerza física, el valor, el gusto por la niña, la conquista y posesión de la hembra, etc.
Por lo tanto el «machismo» es otra de las causas psicológicas de las más frecuentes presentaciones que llevan inexorablemente a la comisión de un crimen.
La Psicología Criminológica además de tener como misión descubrir las causas que han orillado o conducido al hombre al lamentable hecho de cometer crímenes, otro de sus objetivos principales es encontrar las formas para prevenir el delito, por este motivo se han organizado Departamentos de Prevención del Delito, Consultorios para Orientación de la Juventud, Casas Hogar para Adolescentes Mujeres, Consejos Tutelares, Asociaciones de Padres de Familia, Escuelas de Educación Especial (Para menores infractores y delincuentes); constantemente se desarrollan campañas publicitarias con la finalidad de prevenir los crímenes, se busca la educación y ocupación de los jóvenes. Desde los hospitales, desde las cárceles, desde las delegaciones políticas, se busca, por todos los medios la prevención de la delincuencia.
En su actitud terapéutica, a última hora, se han desarrollado programas de rehabilitación de criminales, para lo cual con apoyo en la Psicología Criminológica se intenta llegar a un psicodiagnóstico en cada caso y con esto, diseñar un tratamiento, siguiendo los pasos que a continuación detallamos:
Diagnóstico y tratamiento. La tarea en el ámbito penitenciario o criminológico siempre implica abordar esencialmente dos aspectos: Diagnóstico y tratamiento.
El diagnóstico tiene como objetivo conocer quien es el individuo que llega a una institución penitenciaria, y conocer las características de su personalidad.
El diagnóstico puede ser:
Individual. Es el conocimiento de los múltiples y complejos aspectos de la personalidad del delincuente (Personalidad Psicopática).
Grupal. A veces es necesario conocer las características de un grupo especial dentro del penal, por ejemplo, las personas que están alojadas en un dormitorio, o un grupo de detenidos que llega.
Institucional. Se refiere a conocer las características psicológicas que presenta la institución o la organización.
Tratamiento. La base de un adecuado tratamiento es indudablemente un correcto psicodiagnóstico. El tratamiento penitenciario intenta modificar, atenuar la agresividad del individuo antisocial (Sociópata), hacer conscientes aspectos inconscientes en cuanto a sus conductas patológicas, sensibilizarlo en cuanto a su afectividad, favorecer relaciones interpersonales estables, lograr que puede canalizar sus impulsos y verbalizar su problemática.
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